La histórica calle Jaén
Pese al avance urbano, todavía se encuentran rastros vivos del tiempo de su fundación.
El final de las calles Pichincha, Jenaro Sanjinés, la calle López Ordóñez —que sólo mide metro y medio de ancho— o la simpática calle Jaén son un ejemplo de las calles angostas y desiguales de antaño.
La histórica calle Jaén, con sus balcones coloniales adornados con maceteros, faroles en desigual alineación y con su empedrado de colores, destaca por su originalidad, pero al mismo tiempo es importante: basta con dar unos golpes a la primera puerta que se ve en la imagen para entrar al valioso Museo Murillo.
El Museo Murillo
La antigua casa del patriota Pedro Domingo Murillo se exhibe en la calle Jaén como un valioso museo que contiene pinacoteca y documentos históricos.
Murillo vivió desde muy joven en esta residencia, la cual sirvió, a su vez, como lugar de reunión para los revolucionarios del grito libertario de La Paz.
Fue Pedro Domingo Murillo quien encabezó el levantamiento del 16 de julio de 1809, pero luego, al ser traicionado, fue llevado a la horca. Al subir al cadalso para ser ajusticiado profirió estas históricas palabras: “Compatriotas, yo muero; pero la tea que dejo encendida nadie la apagará. ¡Viva la Libertad!”