Recolectando la Castaña
Una vez al año, los gigantescos árboles de castaña dan sus frutos. En los meses de noviembre y diciembre, cuando maduran las castañas, los cocos se desprenden de sus ramas y caen de alturas de más de 35 metros.
En está época es muy peligroso entrar en el bosque, aunque la mayoría de los siringueros, por necesidad, se dedican a recoger los cocos para llevarlos a sus casas, o los parten al pie del árbol.
Para recogerlos caminan varias horas, llevando luego una carga de hasta cincuenta kilos, y las mujeres, que muchas veces ayudan, cargan hasta treinta kilos.
Depositos de castaña
En grandes depósitos se almacena la castaña con su cáscara, que ha sido comprada de muchos castañeros dispersos en diferentes zonas del bosque. Se la remueve constantemente para que se seque, hasta que llegue el momento de venderla a las “eneficiadoras”o exportarla a Brasil en cajas.
La quebradora de castaña
Una vez que las “beneficiadoras” han adquirido la castaña de los revendedores, toda ésta la entregan a las quebradoras, que son generalmente mujeres, que con una maquinita sencilla pero especial van quebrando la cáscara de la castaña en sus casas.
Para facilitar esta tarea y para que la almendra no se dañe al quebrarse su dura cáscara se las remoja en agua fría por unas doce horas para que se ablande.
Algunas quebradoras que son muy prácticas llegan a quebrar hasta cincuenta kilos como promedio por día.
El deshidratado
Una vez que las quebradoras entregan la castaña pelada se la selecciona en sus diferentes calidades, que son: primera clase o la que no tiene ningún daño; la segunda, la que está un poco lastimada; la tercera, que es aquella partida o raspada, y la cuarta o el recorte pequeño, que queda para ser molida.
Así separadas y bien esparcidas en cedazos, entran en unas cámaras calentadas a un promedio de 62° centígrados durante unas treinta horas, removiéndolas cada dos para evitar que se quemen.
Este procedimiento les quita el agua evitando que se echen a perder.